Chavín de Huantar: Ritos ancestrales y drogas en la época precolombina

Chavín de Huantar. Perú. Octubre 2018.

chavinPerú es una de las 6 cunas de la civilización, junto a Mesopotamia, Egipto, México, China y el valle del Indo. Por eso no es de extrañar que uno de los atractivos de este país sea su historia y sus restos arqueológicos. Cualquier aprendiz de Indiana Jones la gozaría haciendo zanjas. Lo cierto es que sólo hace falta levantar una piedra para encontrar cuatro tumbas precolombinas. Es tal el patrimonio de Perú que todavía queda mucho por explorar y el gobierno no da abasto para mantener el patrimonio descubierto. Afortunadamente se están acondicionando nuevos yacimientos arqueológicos para su visita. El gobierno espera atraer a las hordas de turistas sedientos de culturas ancestrales y piedras con historia.

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El encantador comedor del Albergue Churup.

Perú es mucho más que el mundo Inca y las archiconocidas ruinas de Machu Pichu. Cuando decidí pasar un tiempo en Huaraz descubrí que uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del país, Chavín de Huantar,  lo tenía a tiro de piedra. Dado que la última semana me había pasado en estado de hipoxia triscando por los senderos de la Cordillera Blanca, irme de excursión cultural en autobús a este sitio me pareció un plan perfecto. Otra ventaja es que había planeado marcharme de Huaraz por la noche, así que podía disfrutar de la excursión con todo organizado y llegar a tiempo para pillar el autobús nocturno sin tener que preocuparme de nada.

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Albergue Churup: Oasis en la Cordillera Blanca.

El día anterior me recorrí varias agencias en Huaraz para contratar la excursión. Pensé que para esta visita sencilla tampoco habría mucha diferencia entre una compañía y otra, así que me quedé con la más barata. Que equivocado estaba… Desgraciadamente como pude comprobar al día siguiente, nuestro guía no tenía mucha idea sobre las ruinas y nos contó cuatro milongas que había leído en un folleto turístico, o por lo menos es lo que me pareció.

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Manada de vendedoras a la caza del turista. Yo no pude escabullirme y caí en sus redes.

Por la mañana tomé mi último desayuno en mi querido Albergue Churup (ver sitio web) y me despedí de Juan, el hijo de los dueños, que había sido tan atento conmigo. En el autobús íbamos unas 20 personas, en su mayoría turistas peruanos. Yo era el único europeo. Lo bueno de poder comunicarte en español es que puedes hablar con todo el mundo. En seguida entablé conservación con la gente y me hicieron el tradicional interrogatorio de tercer grado sobre mi vida y que hacía a 4000 metros de altura, en esa esquina del mundo, dentro de ese autobús ¡Pues turismo, como un peruano más!

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La espectacular Laguna Queracocha.

Al cabo de un rato paramos en un bar de carretera a tomar un café y yo me quedé en la calle viendo los puestos de recuerdos y a las mujeres, con sus trajes coloridos, que cargaban a sus niños a la espalda. Me parecía todo tan pintoresco que al final terminé comprándoles un par de cintas de lana de colores para el pelo. El mal de altura no había afectado en lo más mínimo mi afán consumista. De ahí seguimos camino hasta la laguna Queracocha.

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Otra prueba de altura conseguida.

En el camino el conductor nos había puesto música folclórica peruana y oímos buena parte de los grandes éxitos de Alicia Delgado (afamadísima cantante del Perú).  Oírla un rato es divertido, pero tras una hora tienes la cabeza como un bombo. A ver, para gustos colores, que me perdonen los fans de Alicia. Me pasa lo mismo con las sevillanas o la música electrónica que oye mi sobrino. Para muestra un botón:

Nos bajamos del autobús y nos acercamos a la laguna. El sitio era muy bonito y las vistas muy chulas con los picos nevados al fondo. El guía nos comentó el problema del cambio climático y el retroceso de los glaciares en las zonas tropicales. Los nevados de la cordillera blanca tienen los días contados, una verdadera tragedia.  Aunque la laguna se encuentra a 3980 metros sobre el nivel del mar, después de una semana ya estaba bastante acostumbrado a la altura. Además, sin cargar peso y moviéndote en autobús, no hay dolor.  Después de 50 tomas fotográficas desde diferentes ángulos, poses y encuadres varios, regresamos al autobús para seguir con la excursión.

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Laguna con matojo de hierba. 

En uno de los montes que sobresalía de la laguna había una quebrada, que si se veía desde un determinado ángulo de la carretera tenía la misma forma que el mapa de Perú. No sé si sería por mi ignorancia geográfica o por que el guía nos avisó tarde, pero yo no le sacaba parecido a ningún país. Bueno, al final cuando nos alejábamos era así estrechita y se daba un aire a Chile pero cualquiera decía nada. Los chilenos y los peruanos con la disputa del origen del pisco ya tienen suficiente.

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Escalera del patio central del yacimiento de Chavín de Huantar

Por fin, llegamos a Chavín de Huantar. Nos dirigimos directamente a visitar las ruinas. La cultura Chavín floreció entre el 1200 y el 500 antes de cristo. Como había comentado antes, el guía que tuvimos fue una pena porque el sitio era realmente interesante. De hecho, después de regresar he leído más sobre esta cultura para poder apreciar lo que vi.  Chavín de Huantar era un sitio ceremonial en el que llegaban peregrinos desde diferentes sitios, tan lejanos como la costa del Pacífico o el Amazonas. La gente venía a consultar a los sacerdotes sobre las épocas de lluvia y sequía e identificar el mejor momento para sembrar los campos. Los sacerdotes eran avanzados astrónomos capaces de interpretar las estrellas para determinar las estaciones del año y predecir el tiempo. En la actualidad también seguimos consultando a los meteorólogos, especialmente cuando nos vamos de viaje, aunque lo de darles ofrendas ha quedado un poco en desuso.

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Vista del templo de Chavín de Huantar. 

En Chavín de Huantar se procesaba el culto al jaguar. Las clases altas de la sociedad eran controladas por los sacerdotes mediante complicados rituales terroríficos. Dentro del templo existía un intrincado sistema de túneles oscuros y canales de agua, en el centro de los cuales se encontraba la estatua del lanzón. Una deidad de piedra de 5 metros de altura con forma de puñal. Esta zona se puede visitar en el complejo arqueológico.

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Réplica del lanzón en el Museo Nacional de Chavín.

Las personas que entraban en los túneles eran drogados utilizando el cactus de San Pedro. Esta planta contiene un derivado de la mezcalina, un poderoso alucinógeno para facilitar el supuesto proceso de metamorfosis de hombre a Jaguar. El estruendo del agua en los canales y los ruidos producido por los sacerdotes que soplaban conchas marinas potenciaban la experiencia. Encontrarse al lanzón en mitad de la oscuridad e ir puesto hasta las orejas, aseguraba una experiencia “inolvidable” para los que eran sometidos a semejante prueba religiosa.

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Única cabeza clava, con forma de jaguar, que permanece en su sitio original.

Alrededor del templo principal del yacimiento existían “cabezas clavas” con representaciones de las diferentes fases de la transformación metamórfica de hombre a jaguar. Actualmente, sólo queda una colocada en su posición original, el resto están en el museo Nacional de Chavín. En el yacimiento arqueológico también existían varios monolitos con las deidades que se adoraban, pero actualmente sólo se encuentra en su emplazamiento original el lanzón. El monolito Tello y la estela Raimondi se encuentran en el Museo Nacional de Chavín y en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú en Lima respectivamente.

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Representacion del proceso de metamorfosis. La cabeza clava echa espumarajos por la nariz por el consumo del catus de San Pedro.

Incluso con las malas explicaciones de nuestro guía las ruinas me parecieron fascinantes. Una vez terminado la visita, el guía nos llevaba a comer al restaurante concertado de turno donde se suponía que teníamos que comer. Estaba tan cabreado con el guía y me daba tanta rabia perder el tiempo sin ver el pueblo de Chavín de Huantar, que le dije al guía que me iba por mi cuenta a ver el pueblo y que luego me unía al grupo cuando terminase la comida.

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Zona de «merchandising» en las inmediaciones del yacimiento arqueológico. 

El pueblo no era muy grande, pero era mi primer pueblo de los Andes que visitaba y me parecía encantador y colorido. Le compré a una abuelita una especie de churros fritos que en Perú se llaman “picarones” que estaban recién hechos y sabían deliciosos.  Me senté en la acera de la calle principal del pueblo a ver la gente pasar. Qué bonito ser espectador en primera fila de la vida rutinaria de este pueblo.

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Calle de Chavín de Huantar.

En Chavín de Huantar me llamó la atención que muchas casas estaban llenas de pintadas de propaganda electoral para elegir alcalde. Literalmente todos los muros de la casa estaban escritos para que apoyases al candidato “menganito” y en la del al lado el candidato “fulanito”. Esto no era algo aislado de este pueblo, a lo largo de todo mi viaje por Perú fue algo común. Digo yo que les pagarán por ponerlo, espero que no les obliguen en plan cacique para apoyar “voluntariamente” a un candidato. Vamos si en España viene Casado o Sánchez a poner su nombre en toda la fachada de una casa, lo mínimo es que lo manden a freír “picarones”.

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Publicidad política subliminal.

Desgraciadamente no pude explorar mucho porque tenía que regresar con el grupo para ir al Museo Nacional de Chavín. Éste es uno de los mejores museos de Perú y merece muchísimo la pena, incluso teniendo un guía nefasto. Si hubiese ido por mi cuenta podría haberlo disfrutado más, dedicarle más tiempo y verlo a mi ritmo. Hay muchos paneles informativos y explicaciones sobre la cultura Chavín que ayudan en la visita. No os lo perdáis, si venís a este rincón de los Andes.

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Plaza de armas de Chavín de Huantar.

En 1997 la embajada japonesa en Lima fue tomada por un grupo terrorista durante cuatro meses. Finalmente, la embajada fue asaltada mediante la construcción de unos túneles y 71 de los rehenes fueron liberados ilesos. Sólo hubo que lamentar la muerte de uno de ellos. Esta operación militar se la denominó Chavín de Huantar por la estrategia que se utilizó para reducir los secuestradores. Como curiosidad, el gobierno japonés en 2008 sufragó el coste de la construcción del Museo Nacional de Chavín como gesto de amistad entre los dos países, salvaguardando el patrimonio cultural peruano y el de la humanidad.

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La efervescente vida de Chavín de Huantar.

Ya habíamos terminado con la visita y sólo nos quedaba regresar a Huaraz. Ya había asumido que me esperaba otro recital de folclore peruano en el autobús, pero sorprendentemente en la radio empezaron a pasar canciones del pop español de los 80s. ¿Es posible que estuviera en el paraíso y no me hubiese dado cuenta? ¿Me habría puesto la abuelita un trozo en cactus en el “picarón”?

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Mi primer pueblo andino.

Me relajé y fui dormitando el resto del trayecto.  Volvimos a pasar por el monte con la quebrada en forma de mapa y aunque estaba preparado con la aplicación Google Maps para ver la forma que tenía Perú, estaba ya demasiado oscuro para poder hacer alguna apreciación geográfica.  Casi fue un día perfecto…

 

11 comentarios sobre “Chavín de Huantar: Ritos ancestrales y drogas en la época precolombina

  1. La cultura Chavin 1200 AD, Machu picchu 1400 DC¡¡¡¡¡¡ Realmente mucho más interesante la Chavin¡¡¡. Qué pintaza auténtica el pueblo andino. Ahora a currar………

  2. Pues si, fue una excursión de lo más interesante. Se podía visistar una parte de la zona de tuneles y podías ver el lanzón original que estaba en una de las habitaciones. Eso sí, no le podías sacar fotos y te dejaban verlo sólo un momento. Yo me puedo imaginar lo acojonados que tenían que salir de semejante prueba, terminando transformados en jaguares, anacondas y lo que se terciase. Lo más suave debía ser lo de los espumarajos por la nariz. El cactus de San Pedro se usaba en muchos sitios y tambien la ayahuasca. Pero, ya os contaré ya…
    Yo tambíen te deseo que pases un buen fin de semana, que parece que va estar lluvioso, pero habrá que intentar disfrutar de todas formas.
    Un beso

  3. qué chevere su viaje. yo hasta ahora no llego hasta Huaraz — me juraba hacerlo, y siempre pospongo, en 2020 será, y más que es relativamente cerca de Lima. por cierto, la masa de picarones hacen con zapallo y camote, lo que les da un valor nutritivo elevado 🙂

    1. Pues tienes una maravilla al lado de Lima. La semana larga que estuve en Huaraz mereció mucho la pena, tanto por las montañas como por la historia de los yaciminetos arqueológicos. No sabia que utilizaban zapallo y camote para los picarones, pensaba que los hacían con harina de trigo. Pero tiene todo el sentido, la harina de trigo no es un producto de los Andes. Los picarones me parece exquisitos. Gracias por leerme.

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