Kumasi. Ghana. Noviembre 2014.
Durante las semanas que estuve trabajando en el laboratorio de Kumasi no pude hacer mucho turismo. Tampoco es que en esta ciudad hubiese muchas cosas que hacer. Alguno de los días cocinaba alguna cosa en el apartamento en el que estaba viviendo, pero la mayoría de las veces salíamos a comer fuera. Uno de los días, mis compañeros del laboratorio me sacaron a un restaurante hindú a celebrar mi cumpleaños. No los conocía mucho pero la verdad es que fue un cumpleaños muy especial.

Mi plato ghanés favorito era la yuca frita con salsa shito. Esta salsa es típica de allí, se hace con pescado seco y chile a mansalva. Es muy picante y es sólo apta para comensales con hemorroides resistentes y curtidas. No era mi caso, pero la salsa está que te mueres de buena. El otro plato famoso es el «Red Red», que son judías rojas con arroz, un mini-trozo de carne y unas rodajas de plátano macho frito. Está bueno, pero después de una semana comiéndolo todos los días terminas despertándote en mitad de la noche, entre sudores fríos, pensando en las judías.

Para escapar un poco de la “alta cuisine” ghanesa me iba a una tienda del campus y compraba alguna cosa, aunque fuese para hacerme una tortilla de patata. Era un sitio con productos importados de lo más peculiar, en el que incluso podías encontrar Moet Chandon a 40 dólares la botella. Un lujo que no sé muy bien quien se lo podía permitir. Desde luego que los estudiantes universitarios no. La verdad es que les hubiese salido más a cuenta vender repelente para perros, porque el campus estaba lleno de chuchos que daban mucho susto. Por la noche siempre salíamos con la linterna. Si salía algún perro con aviesas intenciones lo asustábamos apuntándole a los ojos con la luz.

Un fin de semana mi compañero de trabajo alemán Michael me llevó a pasar el día al lago Bosumtwi. Está cerca de Kumasi y es el mayor lago natural de agua dulce de Ghana. Pasamos un día estupendo, comimos en un resort cerca del lago, vimos a los pescadores y me enseñaron una vaina de cacao. Ghana es uno de los principales productores de cacao del mundo aunque venden toda la materia prima y no producen chocolate. Una pena. La semilla tal cual, como pude comprobar con mis propias papilas gustativas, sabe a demonios. Para que tenga el sabor típico del cacao que consumimos hace falta secar y fermentar las semillas.

El fin de semana siguiente nos fuimos al mercado de Kumasi que es el mayor de toda África oriental. Vamos, la madre de todos los Mercadonas del universo. La asistenta de la casa de Michael nos hizo de guía y nos lo pasamos genial. El mercado entre las frutas, las verduras y los vestidos de las ghanesas es muy colorido. No tiene desperdicio. Yo que no me pude resistir, me fui a la sección de telas y compré los famosos estampados ghaneses para toda mi familia. Quería comprar unas telas de color negro y rojo, pero no hubo forma de convencer a las tenderas que me las vendiesen porque decían que son colores que sólo usan para asistir a los funerales.

Lo que también me llamó muchísimo la atención es que las ghanesas transportan todo puesto en la cabeza. Llevan de todo con gran destreza, algunas cosas muy pesadas. Vamos que como tuviera que hacerlo yo, termino con tres vertebras rotas, cinco esguinces cervicales y si me apuras alguna que otra protrusión de disco intervertebral.

Compré también un bote de la salsa shito que tanto me gustaba. Claro, siendo del mercado tenía que ser más auténtica. Lo que pasa es que un rato después pasamos por la sección de pescado NO fresco del mercado. Todos los puestos tenían pescados secados al sol que olían entre arenque rancio y sardina podrida. Había toneladas de material para hacer salsa shito. Lo de congelar en Ghana es complicado, entre el calor y los problemas de suministro eléctrico es algo que no se estila.

No miento al deciros que el bote de salsa shito, aunque me encantaba, estuvo durante tres años en mi nevera de Madrid. Cada vez que abría el frigorífico y la veía, pensaba en el olor del mercado y en las altas probabilidades de terminar en Guantánamo si me pillaban con semejante arma biológica de destrucción masiva. Finalmente en un acto de valentía sin límites terminó en la basura y nunca la abrí.

Otro de los puestos tenía caracoles del tamaño de puños. Nunca llegue a saber si los vendían para comerlos, como mascotas o para pasártelos por la cara en plan cosmético contra las arrugas. Misterios insondables del mundo comercial.

Yo me dediqué a sacar fotos a diestro y siniestro. Una de las tenderas no quería que le sacase una foto porque decía que no era ningún mono para que luego la fuera enseñando por ahí. Al final, le dije que me sacaba una foto con ella para que viera que yo era igual de mono que ella y accedió. Qué curioso es interactuar con los lugareños y ver lo que piensan de nosotros.

Nuestra guía era un encanto y nos metió por todos los sitios. Había venido con nosotros aunque estaba un poco fastidiada con unas décimas de fiebre. Al día siguiente se puso peor y resultó que tenía malaria. Días después mejoró. Aquí esto es bastante frecuente. Afortunadamente, yo malaria no me pillé, aunque de otras cosas vine servido (ver entrada anterior). Se ve que el repelente de mosquitos y la profilaxis de la malaria que estuve tomando me vinieron estupendamente.

Los mercados son siempre fascinantes y éste en concreto fue maravilloso. Así que si pasáis por Kumasi no dejéis de visitarlo.
Me ha encantado el sombrero
Con esas plumas
Bueno todas las fotos y comentarios son muy buenos
Buenos días Horacio
Te informamos que tu blog ha sido nominado al premio virtual Liebster Award o Blogger Recognition Award o Sunshine Blogger Award porque nos agrada vuestros relatos y contenido. Animaos a seguir el reto y aceptar vuestra nominación al premio virtual, siguiendo las indicaciones en el enlace que te anexamos y contestando nuestras preguntas:
https://donviajon.com/2019/03/23/que-guay-nuestro-septimo-al-decimo-premio-virtual/
Te deseamos muchos éxitos y felicidades en todas vuestras labores.
Saludos cordiales,
Jorge Enrique y Filippo
Equipo bloguero y viajero de…
Don Viajón, ¡viajando con pasión!
Muchas gracias por nominarme y tenerme en consideración. Me hace mucha ilusión. Un abrazo
Con gusto tio. Sigue así y mucho animo y éxitos.
Saludos.
Todo impresionante. Pero sobre todo los caracoles!!!!!!. Que pasada!!!!
Me encantan!!!!
Si, si, parecian extraterrestres
Los caracoles se los comían doy fe…:)
Madre mía, sería para verlos. 🙂
Yo soy muy fan de los caracoles pero tan grandes dan un poco de repelús.
Yo también ví esos caracoles en los mercados de Ghana tamaño XXL para ellos buenos han de estar pero seguro que están más duros que una piedra jaja
Tienes toda la razón. Supongo que hay que ser muy de Ghana para comérselos, jeje..