Arnedo (La Rioja). España. Abril 2017.
La Semana Santa es una época en la que disfrutamos de nuestras vacaciones y nos empapamos de la cultura religiosa española que lo invade todo. Es imposible salir a la calle sin cruzarte una procesión o a algún miembro de una hermandad tapado con un capirote. Sin embargo, esta época tan religiosa también se mezcla con actividades más paganas.
Todos los jueves santos se celebra el festival del ajo asado en Arnedo (La Rioja). Es muy curioso que se dedique un festival a este ingrediente culinario, que injustamente tiene tan mala fama. De hecho, Victoria Beckam se quejaba despectivamente de que España olía a ajo. Es cierto que los españoles sin ajo y cebolla no sabemos cocinar, pero y lo bueno que está todo. Hace muchos años estuve de ERASMUS (programa de intercambio universitario europeo) en Holanda. Sorprendentemente, en la casa que me alojaba en Utrech había multitud de especies, muchas ni las conocía, pero sólo tres dientes de ajo. Eso sí, debían estar ahí desde la rendición de Breda. A la semana siguiente de mi llegada a los Países Bajos me compré una ristra de ajos, que me la fundí en los tres meses que estuve viviendo ahí. Mis compañeros holandeses alucinaban, pero estaban encantados cada vez que cocinaba.

A favor del ajo hay que decir que tiene multitud de propiedades beneficiosas para la salud. Es un potente antimicrobiano, favorece la circulación, la eliminación de líquidos y protege contra el cáncer (o eso dicen). Además, si andas escaso de estacas de madera, es imprescindible para protegerte de los vampiros. Es curioso que exista esta relación entre los vampiros y los ajos. Parece ser que el mito de los vampiros está asociado con las personas que padecían la enfermedad de la porfiria. Esta enfermedad congénita está relacionada con la dificultad para el metabolismo de la hemoglobina y como consecuencia, los pacientes tienes problemas de anemia y fotosensibilidad, entre otros síntomas. Curiosamente, el consumo de ajos empeora los síntomas de la porfiria debido a uno de los componentes que contiene esta planta. De ahí, su poder antivampírico.

En fin, no sé si será por nuestra aversión por los vampiros o por llevarle la contraria a Victora Beckham, pero todos los jueves santos estamos como clavos en Arnedo y pasamos un día estupendo. Arnedo se encuentra en la Rioja Baja a unos 50 km de Logroño y es fácilmente accesible en coche. Ese día se prepara una gran hoguera en el centro de la ciudad y se utilizan las brasas para asar ajos tiernos. La verdad es que se parecen bastante a los calçots de Tarragona (Cataluña).

La gente compra unos boletos para que te den el paquete de supervivencia ajero que incluye: 5 ajos tiernos asados, un huevo asado a la brasa, un par de rodajas de pan y una vaso de vino. Con eso te acercas a unas mesas improvisadas donde puedes mojar los ajos en aceite de oliva y ponerle un poco de sal. Mientras estás en plena degustación, hay algún grupo tocando música y cantando jotas. Todo muy riojano.

Contra todo pronóstico el festival tiene gran número de adeptos y hay que hacer cola para conseguir el paquete ajero. Si sale el día soleado puede hacer mucho calor y es aconsejable hacerse con un sombrero o ponerse algo por la cabeza. Mientras se espera te puedes tomar un vino en los puestos callejeros o comprar unos fardelejos. Los fardelejos es un postre típico riojano parecido a una empanada, que está rellena de una masa de almendras que quita el sentido.

Si después de esto aún consideras que tu nivel de ajo en sangre no es suficiente para que Victoria Beckham te retire la palabra, es necesario que visites los bares de Arnedo. Durante estas fechas cada bar ofrece un pincho inspirado en el ajo que es toda una delicia. Mi favorito es el pincho del bar Niza que se llama “Gordillajo”. Consiste en un ajo asado enrollado con un trozo de intestino de cordero asado. Sé que no suena muy apetecible, pero es toda una delicatesen. Yo es que soy muy de casquería, que le vamos a hacer.

Tras saciar nuestras ansias ajeras ya estamos preparados para ir a comer como dios manda. Nuestro sitio favorito es el restaurante Sopitas. Es el restaurante más famoso de Arnedo y es necesario reservar con bastante antelación para conseguir mesa el día de jueves santo. Sirven platos típicos de comida riojana, pero hechos con mucho cariño y sabor. Además tienen una torrija con helado de galleta María que después de catarla entras en éxtasis como Santa Teresa de Jesús. Vamos, con deciros que un mes antes de ir a Arnedo, ya estoy salivando como los perros de Paulov pensando en la torrija.
Finalizada la comida y tomado el cafecito, aún nos queda tiempo para la última actividad del día. Arnedo es la capital del calzado y se pueden visitar los expositores en el polígono, donde se encuentran zapatos de calidad a precios muy baratos. El jueves santo por la tarde cierran muchas de las tiendas, pero siempre hay alguna abierta y te puedes volver a casa con algún chollo.
Quizá esta semana santa os apecete hacer algo diferente. Así que si queréis disfrutar de las degustaciones gastronómicas y de la comida riojana, renovar vuestro calzado a buen precio o dar rienda suelta a vuestro espíritu de cazavampiros, no dudéis en visitar Arnedo. Os sorprenderá gratamente.
Gracias por la informacion, la de cosas exóticas que hay a la vuelta de la esquina! Sigue escribiendo me encanta tu blog.
Muchas gracias Almudena por tu comentario. De verdad que ir al festival de Arnedo un día es muy recomendable. Yo este año ire el 18 de abril que es Jueves Santo a disfrutar a tope. Me alegra mucho saber que te gustan mis historias. Un abrazo.