El blanco y negro me parecen de lo más aburrido y por eso siempre me he sentido atraído por los colores. No me importa que sean intensos, aunque su longitud de onda esté al límite de producirme un desprendimiento de retina. Incluso los de tono pastel, estilo baldosa de baño de los años setenta, me … Sigue leyendo La colorida ciudad colonial de Trujillo